El gobierno de EE. UU. busca terminar con protecciones para niños migrantes bajo el acuerdo Flores, un mecanismo que desde los años 90 limita a 72 horas el tiempo de custodia en la frontera y garantiza condiciones salubres y seguras. La solicitud, presentada este martes en una moción judicial, sostiene que el acuerdo ya no es necesario después de que el Congreso haya aprobado nuevas leyes y las agencias aplican políticas que cumplen sus estándares, además de culparlo de haber aumentado el ingreso de menores no acompañados en las últimas décadas.
El documento también afirma que el acuerdo ha favorecido un aumento en las cifras de niños migrantes en el país, señalando que en 1997 apenas existía migración familiar, que ahora se ha incrementado notablemente, y que eliminarlo permitiría reducir los incentivos para ingresar ilegalmente. La justicia estadounidense revisará en audiencia programada para el 18 de julio en la Corte del Distrito Central de California si acepta esa terminación.
Organizaciones de derechos humanos y defensores han manifestado su rechazo a la propuesta. Sergio Pérez, director del Centro para los Derechos Humanos y el Derecho Constitucional, afirmó: “Los niños que buscan refugio en nuestro país deben ser recibidos con protección y respeto, no con encarcelamiento y crueldad. La ley del acuerdo Flores previene que el gobierno mantenga a los niños en condiciones brutales y con una detención indefinida que viola sus derechos fundamentales”.
Este acuerdo lleva el nombre de Jenny Flores, una niña salvadoreña cuyo caso en los años 80 impulsó la supervisión especial sobre el trato a menores en custodia. Aunque en 2019 el gobierno de Trump pidió su disolución, esta fue rechazada en 2020; en el actual gobierno, las protecciones subsidiarias fueron levantadas, pero el Departamento de Seguridad Nacional continúa obligado por el acuerdo. La decisión final afectará la protección y bienestar de miles de menores en borde y centros de detención en toda EE. UU.