IMOLA, Italia – En un escenario de incertidumbre para la escudería Red Bull, el equipo aún no ha presentado un segundo monoplaza en las carreras desde la salida del mexicano Sergio ‘Checo’ Pérez. La situación se agrava tras el aplazamiento en la calificación del Gran Premio de Emilia-Romagna, donde el piloto japonés Yuki Tsunoda protagonizó un impactante accidente en la Q1.
A pocos minutos de iniciado el primer corte, Tsunoda perdió el control del RB21 en la zona de curvas tras pisar un lavadero. La caída fue tremenda: el monoplaza derrapó en la arena italiana, chocó contra la muralla de protección y salió disparado por los aires. Afortunadamente, el piloto salió ileso tras impactar de cabeza por la inercia del vuelo y pudo abandonar el vehículo por sus propios medios. El equipo tendrá que trabajar a toda velocidad para reparar los daños en el monoplaza si desean acompañar a Max Verstappen en su lucha contra McLaren y Ferrari, que están dando la batalla en esa categoría.
Nada sale sin Checo
Tras la fallida apuesta de Liam Lawson al sustituir a Pérez en las últimas carreras, Red Bull aún no logra encontrar un piloto que cubra el vacío con resultados dignos. Tsunoda fue repentinamente llamado a reemplazar al neozelandés, que no sumó puntos en dos competencias, pero su rendimiento sigue lejos de lo esperado. En los cuatro Grandes Premios disputados, solo ha obtenido tres puntos, dejando al equipo en una posición difícil en la pelea por el campeonato.
Mientras tanto, la escudería austríaca continúa buscando una solución rápida y eficaz para volver a contar con un segundo monoplaza que acompañe a Verstappen en su intento por mantenerse en la lucha por el título mundial. La semana en Imola promete ser clave para definir si logran estabilizar su estrategia y resultados en las próximas competencias.