Ciudad de México — Decenas de miles de personas de distintas regiones del país se reunieron hoy en el Centro Histórico para participar en la V Marcha Nacional en Defensa de las Tradiciones Mexicanas y las libertades culturales. La manifestación partió del Palacio de Bellas Artes y recorrió las principales calles del primer cuadro capitalino, en una demostración pacífica y ordenada del orgullo por las raíces culturales de México.
Representantes de pueblos originarios, comunidades indígenas, taurinos, charros, cabalgantes, charros, criadores de perros y gatos raza, pajareros, agricultores, acuicultores y otros sectores que trabajan en actividades relacionadas con animales y tradiciones ancestrales alzaron la voz para exigir respeto y protección por parte de las autoridades. En sus consignas, reclamaron que prevalezca el Estado de Derecho y que se garantice el ejercicio pleno de sus derechos a emprender, a trabajar en actividades legales y a mantener viva su identidad cultural.
Frente a las recientes propuestas prohibicionistas promovidas por diversos congresos locales, el sector expresó que la defensa de la fiesta brava, la tauromaquia y las tradiciones culturales sigue vigente, promoviendo acciones jurídicas que protejan estos derechos. Además, advirtieron que las leyes restrictivas en Ciudad de México muestran un camino posible en otros estados si no existe diálogo ni movilización fuerte del sector y las comunidades tradicionales.
Manuel Sescosse señaló: “Cuando se atacan nuestras tradiciones, se ataca también nuestra historia y nuestra identidad. La cultura de los pueblos no puede decidirse por encuestas, sino por un Estado que respete y proteja la diversidad cultural.” Los participantes enfatizaron que las actividades con animales forman parte del patrimonio vivo, transmitido de generación en generación, y que los ganaderos y criadores, quienes cuidan especies en festividades tradicionales, son los verdaderos defensores del bienestar animal y cultural.
Durante el recorrido, portaron pancartas, banderas de México y vestimentas tradicionales, reafirmando su compromiso por defender el alma de sus pueblos. “Las tradiciones no son moda ni capricho; son la esencia de nuestros pueblos, y deben preservarse como patrimonios vivos y universales,” concluyeron.