Kananaskis, Canadá — La cumbre del G7 inició este lunes en Canadá con un propósito claro: frenar el recrudecimiento del conflicto entre Israel e Irán por el programa nuclear de Teherán, mientras los líderes de las democracias más importantes del mundo buscan evitar una escalada de la tensión en Oriente Medio. El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, participó en la reunión y reiteró su llamado a que ambas naciones retomen inmediatamente las conversaciones de paz. “Deberían hablar, y deberían hacerlo de inmediato”, afirmó a los periodistas.
El primer ministro del Reino Unido, Keir Starmer, manifestó que todos en el G7 coinciden en la necesidad de buscar una vía para reducir la violencia: “Tenemos que encontrar la manera de desescalar la situación porque el conflicto amenaza con inflamar Gaza y poner en riesgo la economía global”. Añadió que ha hablado con Trump sobre la gravedad del asunto y que las implicaciones de no actuar podrían ser catastróficas a nivel internacional.
Por su parte, el canciller alemán Friedrich Merz anunció que Alemania propondrá un comunicado final que enfatice que “bajo ninguna circunstancia, Irán debe adquirir material con capacidad nuclear para armamento”. La tensión entre Estados Unidos, Israel e Irán domina la agenda, y los líderes evalúan acciones diplomáticas y políticas para evitar una guerra nuclear.
En el marco de la cumbre, Trump también expresó que uno de sus principales enfoques será el comercio y sus quejas con las políticas comerciales de otros países. “Nuestro enfoque principal será el comercio”, comentó, dejando en claro que, además de buscar una solución al conflicto en Oriente Medio, el panel también abordará temas económicos globales.
La cumbre del G7 continúa en un entorno de alta tensión internacional, con los miembros enfocados en la estabilidad regional y el impulso de un liderazgo que pueda coordinar respuestas efectivas ante los desafíos que enfrentan sus países.
