Bruselas, Bélgica — Los países europeos trabajan con urgencia para mantener vivas las iniciativas diplomáticas que buscan contener la escalada en el conflicto entre Israel e Irán. Tras los ataques del fin de semana en respuesta a las operaciones nucleares iraníes y el reciente bombardeo de EE. UU. a sitios estratégicos en Irán, la tensión en la región se intensifica y alimenta el riesgo de una conflagración mayor.
La presidenta de política exterior de la Unión Europea, Kaja Kallas, advirtió que las preocupaciones por una posible guerra más amplia y el impacto en la economía global son enormes. “Cualquier intento de Irán de cerrar el Estrecho de Ormuz sería extremadamente peligroso para todos y perjudicial para el comercio mundial,” afirmó. La UE continúa exhortando a Teherán a reanudar las conversaciones con Washington, las cuales permanecen en pausa tras la falta de avances concretos y la escalada reciente.
Por su parte, el “E3” —Reino Unido, Francia y Alemania— llevó adelante una cumbre de siete horas en Ginebra con el ministro iraní Abbas Araghchi, en busca de una vía diplomática. La reunión, celebrada el viernes pasado, culminó solo con una promesa vaga de reencuentro en el futuro. Sin embargo, un día después, Estados Unidos atacó tres sitios clave en Irán, reforzando la tensión y el rechazo de Teherán a sentarse a dialogar en este momento.
Mientras tanto, el secretario de Relaciones Exteriores del Reino Unido, David Lammy, instó a Irán a reactivar el proceso diplomático y mantener abiertas las puertas al diálogo con Estados Unidos y la comunidad internacional. La comunicación y los esfuerzos diplomáticos en Bruselas y Ginebra reflejan la preocupación global por evitar una guerra que podría ser desastrosa para toda la región y el mundo.