La Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (PROFEPA) ha clausurado de manera definitiva el delfinario del hotel Barceló Maya Grand Resort, conocido como Dolphinaris Barceló, después de un año de protestas y denuncias por parte de organizaciones como ANIMAL HEROES, PETA Latino y MAREA. Este cierre responde a serias irregularidades en el tratamiento de los delfines y a las condiciones de trabajo de los animales, generando un fuerte impacto en la comunidad.
La decisión de clausura se produce tras la verificación de que los delfines, incluidos casos como el del delfín Mincho, fueron sometidos a prácticas inadecuadas y peligrosas, violando la Ley General de Vida Silvestre y las Normas Oficiales Mexicanas pertinentes. “Este tipo de actos no son tolerables. Los animales tienen derechos que deben ser respetados y protegidos”, aseveró Jaled al Shaif, director del delfinario, quien se encontraba presente durante el anuncio de la clausura.
Entre las irregularidades identificadas se incluyen la falta de reportes de incidentes peligrosos, como el ocurrido en noviembre de 2020 cuando Mincho se impactó contra el concreto durante un espectáculo, así como la realización de acrobacias sin la debida autorización. Además, el delfín fue forzado a participar en actividades poco después de recibir atención médica debido a un accidente previo, exponiéndolo a un riesgo considerable.
La PROFEPA también mencionó que se impuso una multa de 7,526,240 pesos y se implementó la clausura total del delfinario, junto con la colocación de sellos que impiden el acceso. Esto forma parte de un esfuerzo más amplio por erradicar la explotación animal y asegurar que se cumplan las normativas que protegen a las especies marinas.
A pesar del cierre, la historia de Mincho destaca la necesidad de una vigilancia y regulación más estricta para proteger a los delfines en cautiverio. Según informes, después de su accidente, Mincho ha sido trasladado a otro delfinario donde sigue recibiendo atención, aunque sufre de problemas de visión.
Además, PROFEPA ha presentado una denuncia penal ante la Fiscalía General de la República contra quienes resulten responsables del maltrato a dicho ejemplar, buscando aplicar las sanciones pertinentes según el Código Penal Federal.
La clausura del delfinario de Barceló marca un hito en la lucha por los derechos de los animales en México, y responde a un clamor colectivo de organizaciones defensoras de los derechos animales y ciudadanos que rechazan la explotación de seres vivos en espectáculos turísticos. Este caso reitera la importancia de la protección de la fauna marina y la necesidad de una mayor conciencia sobre el cuidado y respeto hacia todas las criaturas.