Naciones Unidas — La Asamblea General de la ONU aprobó con amplio apoyo una resolución que respalda una solución de dos Estados en el conflicto israelí-palestino, en medio de tensiones latentes en la región y el rechazo de Israel a cualquier posible acuerdo que comprometa su seguridad y soberanía. La resolución, que no es vinculante, fue aprobada con 142 votos a favor, 10 en contra y 12 abstenciones, y refleja un consenso casi unánime internacional en torno a la necesidad de retomar el diálogo y buscar una paz justa.
El documento, conocido como la “Declaración de Nueva York”, hace un enérgico llamado a Israel a escuchar la voz de la comunidad internacional y aceptar el fin de las hostilidades que ya llevan casi tres décadas. Reconoce los recientes ataques de Hamás contra civiles en Israel y condena enérgicamente la violencia y los bombardeos en Gaza, pero también pide que se respeten los derechos humanos y que se garantice la protección de los civiles en ambas partes.
La resolución condena los ataques de Hamás y las acciones bélicas que han causado la pérdida de miles de vidas, y requiere que cesen los hostilidades y se vuelvan a abrir espacios diplomáticos para negociaciones. Por otro lado, insta a Israel a poner fin a su asedio y bloqueos que ocasionan una crisis humanitaria en Gaza, además de detener los bombardeos y los ataques a la infraestructura civil, que han causado la muerte de decenas de miles de civiles y una grave crisis humanitaria.
El texto también propone que la Autoridad Palestina gobierne y controle todo el territorio, estableciendo un gobierno transitorio y creando un comité internacional de estabilización para apoyar una pacificación duradera. Asimismo, llama a todos los países a reconocer y apoyar la creación del Estado Palestino como parte fundamental para la solución de dos Estados, y advierte que las acciones unilaterales e ilegales por parte de Israel amenazan la existencia de un Estado palestino independiente.
La comunidad internacional reafirmó que la paz en Oriente Medio sólo puede ser alcanzada mediante negociaciones con respeto a los derechos humanos, sin imposiciones ni agresiones. La resolución considera que cualquier acción que introduzca inestabilidad o impida la reanudación del proceso de paz representa una amenaza para la región y la estabilidad mundial. La ONU insistió en la importancia de detener los conflictos, garantizar la protección de los civiles y promover la reconciliación entre las partes, para lograr un futuro donde Palestina tenga su soberanía plena y Jerusalén sea la capital de dos Estados.
Mientras tanto, Israel mantiene su postura de rechazo a las resoluciones internacionales que piden un alto el fuego y la negociación, reafirmando que su seguridad es prioritaria y que las acciones militares continuarán si es necesario para defender sus intereses. La comunidad internacional continuará monitoreando la situación en la región, mientras las voces a favor del diálogo y la paz siguen buscando consenso para poner fin a una de las crisis más antiguas y complicadas del escenario mundial.