Teherán y Jerusalén — La tensión en Oriente Medio se agudiza tras la escalada de ataques y contraataques en la región. La Fuerza Aérea Israelí afirmó haber llevado a cabo un ataque dirigido contra la principal instalación nuclear iraní en Natanz, apuntando a una parte del reactor destinada a la producción de plutonio. Israel justificó la operación como un intento de detener el desarrollo nuclear militar de Irán y evitar que el régimen recupere la capacidad de fabricar armas nucleares.
En respuesta, Irán lanzó una serie de misiles y drones hacia Israel, alcanzando objetivos en varias zonas, entre ellas la zona de la frontera y áreas industriales. Las Fuerzas de Defensa Israelíes (FDI) reportaron la interceptación de la mayoría de los proyectiles y el derribo de numeroso armamento iraní, aunque advirtieron que aún no tienen el control total de la situación.
Un ataque notable fue la destrucción del sello del núcleo del reactor de Arak, en un esfuerzo por impedir su uso para el enriquecimiento de uranio de grado armamentístico. Hasta el momento, las autoridades iraníes descartaron riesgos de radiación en torno a la zona afectada y evacuaron las instalaciones civiles cercanas.
El líder supremo iraní, Ali Jamenei, advirtió que una participación militar de EE. UU. en el conflicto provocaría daños irreparables, mientras que Israel hizo un llamado a la población de áreas cercanas a Natanz a abandonar la zona. La tensión continúa creciendo, mientras los países buscan evitar una escalada mayor en un escenario delicado y de alto riesgo en el corazón de Oriente Medio.