El lodo subió más de un metro en la primaria de Ajolotla, Chignahuapan. La misma escena se repitió en otras 35 viviendas, mientras sus habitantes intentaban salvar lo poco que quedaba seco. La tromba del lunes por la tarde dejó un rastro de destrucción en tres municipios poblanos.
Las lluvias provocaron el desbordamiento de ríos y calles colapsadas. En respuesta, el gobierno estatal y federal movilizó personal y maquinaria para atender a la población. La prioridad: entregar víveres, habilitar albergues y limpiar las zonas inundadas.
En Izúcar de Matamoros y Tepeojuma, el agua también lo cubrió todo. Diecisiete familias recibieron colchones, estufas y kits de limpieza para intentar recuperar lo perdido. “El agua entró sin avisar”, relataron los vecinos.
Samuel Aguilar Pala, titular de Gobernación, coordinó las labores de auxilio junto a la SEDENA, SEMAR, Guardia Nacional, Protección Civil y el DIF Estatal. El gobernador Alejandro Armenta visitará este miércoles las zonas afectadas, mientras continúan las lluvias.
El trabajo no termina. Las brigadas seguirán en campo hasta devolverle la normalidad a las comunidades.