Los Angeles, California — La decisión de la familia Buss de vender la mayor participación de Los Angeles Lakers por 10 mil millones de dólares impactará profundamente en la historia deportiva mundial. Esta valuación récord pone fin a casi medio siglo en que la franquicia más valiosa del deporte profesional estuvo dirigida por una familia: primero por el excéntrico y visionario dueño Jerry Buss y, posteriormente, por su hija Jeanie Buss.
Durante dos generaciones, los Lakers han sido el símbolo del negocio familiar en el deporte, con un estilo distintivo y glamoroso, símbolo del entretenimiento en Hollywood, con 17 campeonatos en su legado. Sin embargo, en la era moderna, el valor de las franquicias deportivas ha escalado a niveles que solo los entes más ricos pueden pagar, y las derechas controladoras han desplazado a las familias fundadoras.
Jeanie Buss, quien ha estado al frente del equipo en los últimos años, expresó en una entrevista en NPR que, aunque las disputas en los negocios familiares son comunes, lo que importa en el fondo es la pasión y la visión compartida. “La familia siempre te une, y después de tanto tiempo, era hora de que estos lazos se transformaran en una inversión de capital que hará crecer aún más el legado de los Lakers”, declaró.
El comprador, Mark Walter, ya ha demostrado su capacidad para manejar franquicias deportivas de élite. En 2021, encabezó un grupo que adquirió el 27% de los Lakers y, además, gestiona los Dodgers de Los Ángeles, con una gestión a la altura de las grandes ligas. Walter ha expresado su compromiso con la ciudad y su pasión por el deporte, asegurando que continuará apostando por la excelencia y los campeonatos, manteniendo vivo el legado que la familia Buss construyó desde 1979.
