La sociedad contemporánea enfrenta un cúmulo de desafíos que generan un clima de ira y polarización, enfatizó el padre jesuita y teólogo José María Rodríguez Olaizola, SJ, durante su reciente visita a la IBERO Puebla. Con su obra “La sociedad furiosa” como telón de fondo, Rodríguez se sumergió en un análisis profundo de la actualidad, donde las peleas en redes sociales, la violencia y los crímenes de odio se han vuelto la norma en la vida cotidiana.
La conferencia comenzó con la bienvenida de José Cervantes Sánchez, director general del Medio Universitario de la Universidad Jesuita, quien destacó la relevancia del padre Rodríguez en el ámbito de la comunicación y la evangelización digital. “Su trabajo combina la mirada crítica sobre la sociedad y sus dinámicas con la espiritualidad”, apuntó Cervantes.
El padre Felipe Espinosa Torres, SJ, continuó la presentación, enfatizando que la gira de Rodríguez, que abarca diversas ciudades de México, refleja su compromiso por promover un diálogo necesario en tiempos de crisis y polarización.
Un análisis profundo de la crispación social : En su ponencia, Rodríguez Olaizola planteó que aunque vivimos en una era caracterizada por debates constantes, los verdaderos diálogos son cada vez más escasos. “Las conferencias son también un diálogo silencioso”, comentó, reiterando la necesidad de escuchar y reflexionar sobre las voces que componen el mosaico social actual.
El jesuita identificó los últimos 15 o 20 años como un período crítico en el que diversos fenómenos, como el aumento del populismo y la irrupción de las redes sociales, han impulsado una cultura de enojo y confrontación. “El COVID-19 ayudó a profundizar miedos y reacciones desmedidas”, subrayó, advirtiendo sobre la falta de espacios seguros para el diálogo, donde se pueda expresar una visión más matizada de la realidad.
Rodríguez Olaizola definió la sociedad actual como un mosaico de matices, proponiendo diez perspectivas que permiten entender las tensiones que enfrentamos. Este enfoque tiene especial relevancia para instituciones educativas, que deben fomentar la formación crítica en sus estudiantes.
Una de las cuestiones más preocupantes que sacó a relucir fue el auge del populismo, donde se ha priorizado la generalización en lugar del análisis profundo. Utilizando ejemplos de la política española, resaltó cómo los discursos polarizantes han simplificado las complejidades sociales, creando bandos irreconciliables y marginando voces del “gran centro” que buscan diálogo y entendimiento.
El fenómeno del populismo ha proliferado en un entorno donde el “diálogo cotiza a la baja”. “Aunque se habla de dialogar, predominan los debates que fomentan la confrontación”, expresó. Esto ha contribuido a que la narrativa pública amplifique posturas extremas, excluyendo a quienes abogan por la moderación y el entendimiento.
La cultura de la cancelación y su impacto en la convivencia : Rodríguez también abordó la creciente cultura de la cancelación, describiéndola como una amenaza para la convivencia democrática. Esta cultura, según el jesuita, se sostiene en una falta de disposición para escuchar voces incómodas y se caracteriza por un maniqueísmo que divide al mundo entre “buenos” y “malos”. Es fundamental, señaló, defender la libertad de expresión regulada por la ley y no por las susceptibilidades personales.
