Robert Redford, uno de los actores más icónicos y queridos del cine mundial, falleció a los 89 años en su hogar, dejando un legado que trasciende las pantallas y las generaciones. Con una carrera que empezó en la década de los 50, Redford fue ejemplo de talento, versatilidad y compromiso con la cultura, además de ser un gran defensor del cine independiente y la justicia social.
El “chico de oro” de Hollywood se convirtió en uno de los galanes más cotizados en los años 60 y 70, con películas como Butch Cassidy y Sundance Kid (1969), en la que compartió escenario con Paul Newman, su inseparable amigo y colaborador durante décadas. Este filme no solo consolidó su estatus como uno de los actores principales del cine, sino que también marcó el nacimiento de su emblemático apodo: “El Sundance Kid”.
Además de su talento en la actuación, Redford fue el artífice de uno de los festivales de cine más influyentes: Sundance. Fundado en 1981 en Utah, este festival nació como un espacio para promover el cine independiente y ofrecer una plataforma a nuevos talentos. Este evento, que en su momento fue criticado por la afluencia masiva y los costos, hoy es considerado uno de los eventos más prestigiosos y fundamentales para la promoción del cine de autor en el mundo.
A lo largo de su trayectoria, Redford no solo fue actor de éxito, sino también director y productor. Su debut como director fue con Ordinary People (1980), que le valió la primera nominación al Oscar y consolidó su visión de un cine más humano, sobrio y responsable. Además, dirigió y produjo obras como The Horse Whisperer y Quiz Show, logrando siempre un equilibrio entre la calidad artística y el impacto social.
Mucho más allá del arte, Redford se convirtió en un activista comprometido con la protección del medio ambiente, los derechos humanos y la justicia social. En 2002, recibió un Oscar honorario por su trabajo en favor del cine independiente y por su labor filantrópica, siendo un ejemplo de cómo el talento puede combinarse con la responsabilidad social.
Con su estilo clásico y a la vez innovador, su sonrisa única y su sensibilidad artística, Robert Redford dejó una huella imborrable en la historia del cine mundial. Como actor, director, activista y fundador del Sundance Film Festival, su legado seguirá inspirando a generaciones de cineastas y espectadores en todo el mundo. Después de una vida dedicada al séptimo arte y a la promoción de valores universales, su partida marca una pérdida que será sentida en toda la industria cultural global.