La Haya, Holanda — Los líderes de la OTAN confirmaron este miércoles un incremento masivo en el gasto en defensa, en respuesta a la presión del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, y con el compromiso de ofrecer ayuda mutua en caso de ataque a cualquier aliado. La declaración final de la cumbre establece que “los aliados se comprometen a invertir el 5% del PIB anual en necesidades básicas de defensa, así como en gastos relacionados con la seguridad, para 2035”, con una revisión del gasto en 2029, tras las próximas elecciones presidenciales en EE. UU.
Aunque algunos países, como España, han manifestado reservas sobre la viabilidad de alcanzar este objetivo —con la ministra Margarita Robles calificando la meta de “irrazonable”— y otros, como Bélgica y Eslovaquia, advirtieron que se reservarán el derecho de ajustar sus aportaciones, todos los líderes expresaron su “compromiso inquebrantable” con la defensa colectiva, reafirmando que “un ataque a uno es un ataque a todos”.
El secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, y el primer ministro holandés, Mark Rutte, destacaron la cumbre como “transformacional”, aunque la reunión también estuvo marcada por divisiones y críticas, especialmente en EE. UU., donde Trump volvió a poner en duda la protección de los aliados si no cumplen con los objetivos de gasto.
El aumento en el gasto en defensa en la región se realiza en un contexto de preocupación acerca de la amenaza rusa y la estabilidad en Europa, pero también en medio de desafíos económicos internos y la inestabilidad que generan las tensiones comerciales lideradas por EE. UU. en el escenario internacional.